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Mostrando entradas de octubre, 2009

KoroKoro

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Él es un indio de un color cobrizo. El último de una extensa familia que ha sido reducida por las costumbres y la ropa. Han ido perdiendo poco a poco su color a manos de la moda y su sudor a manos de la industria. Korokoro en cambio se mantiene fiel, firme como un estandarte de guerra. A las nueve y media de la mañana llegan los vendedores. Una lavadora, un lavavajillas, una cortadora de pasto, un celular, una cocina, una estufa, un refrigerador, un auto, una moto, un computador, un televisor, un DVD, un play station 3. A las nueve y media de la noche llega la basura. Por suerte no ha comprado, ahora está obsoleto y habrá de renovarlo mañana. Korokoro desea comer algo natural. Una dieta vegetariana, le sugiere un hombre que sube a la locomoción colectiva con diversas revistas naturistas. Sin embargo llega detrás otro hombre que lo empuja y ofrece una dieta de carne. No dura, llega otro con la dieta de las masas, del maní, la sandía, el pan, el Mc Donald, la cigüeña, el musgo, el pe

Sin Color

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Quizás todo sería perfecto sin ti. No tengo miedo a decirlo. No tengo miedo a taparte de versos de odio o poemas de amor. Sólo sé que hoy es un día difícil, ayer... no recuerdo y quizás mañana empeorará. Pero es hoy cuando decido: nunca más quiero pensar. Me duele la cabeza. Ayer me acosté tarde pensando, reflexionando sobre la nota que me dejaste en la puerta. Aún no he decidido si debo llamarte, quizás no sea el momento preciso... pero mañana puede empeorar. No. Es imposible. Cuando me dijiste buenas noches dejé de vivir. No hay peor deseo que el de desaparecer. No hay peor vicio que desear un buen viaje. Mejor no desees, no me hables, no me mires, no me escribas, no me leas, no me beses, no me dejes, no me abraces, no, no, no, no... ¡DETENTE! Estaba pensando, como decía, que quizás todo puede ser más fácil. No te llamaré, no quiero hablar con la secretaria. Pero todavía te puedo ir a ver. El facultativo me recetó dos gotas de “Patientia” y un chorrito de “Amore a la vena”. Pero